Geology of the Golfo San Jorge Basin, Argentina. Geología de la Cuenca del Golfo San Jorge, Argentina.

La cuenca del Golfo San Jorge está ubicada en la Patagonia central, entre las latitudes 44° y 47°S, cubriendo una superficie de aproximadamente 170.000 km2. Es la más prolífica productora de petróleo de la Argentina, ubicándose sus reservas en segundo lugar tras de la Cuenca Neuquina. De tipo intracratónica, predominantemente extensional, tiene una orientación general E-W, desde la Cordillera de los Andes al Océano Atlántico; su basamento económico está compuesto por un complejo volcánico-sedimentario, asociado a un proceso de rift de edad Jurásico Medio a Superior. Posteriormente, comienza el ciclo sedimentario Neocomiano, bajo condiciones de rift tardío, cuyos depósitos se encuentran rellenando sintectónicamente los grábenes y hemigrábenes con sedimentos lacustres y esporádicas transgresiones marinas del Pacífico. Luego de un basculamiento regional del eje principal de la cuenca hacia el Este, comienza el ciclo sedimentario Chubutiano. La Formación Pozo D-129 (Barremiano-Aptiano), de origen principalmente lacustre, es la roca madre más importante de la cuenca. Sobreyaciendo a esta unidad, un conjunto de sedimentos fluviales y lacustres someros se depositan en condiciones de subsidencia termal generalizada. Estos depósitos contienen los reservorios con las mayores acumulaciones de hidrocarburos de la cuenca. Durante el Terciario se alternan depósitos marinos y continentales. La fase compresional principal levanta la Faja Plegada de San Bernardo, de sentido N-S, por inversión tectónica de estructuras distensivas preexistentes. Los depósitos glaciales del Cuaternario, representan un drástico cambio climático. La actividad volcánica a lo largo de la historia de la cuenca se refleja en la alta participación de material tobáceo en la columna sedimentaria, afectando la calidad de los reservorios. La generación y posterior expulsión del petróleo comienza hace 80-50 Ma. La migración se ve favorecida por la presencia de fallas, que originan una red de migración a través de la cual los hidrocarburos alcanzan los niveles reservorio, para alojarse finalmente en trampas estructurales, estratigráficas y combinadas.La cuenca del Golfo San Jorge está ubicada en la Patagonia central, entre las latitudes 44° y 47°S, cubriendo una superficie de aproximadamente 170.000 km2. Es la más prolífica productora de petróleo de la Argentina, ubicándose sus reservas en segundo lugar tras de la Cuenca Neuquina. De tipo intracratónica, predominantemente extensional, tiene una orientación general E-W, desde la Cordillera de los Andes al Océano Atlántico; su basamento económico está compuesto por un complejo volcánico-sedimentario, asociado a un proceso de rift de edad Jurásico Medio a Superior. Posteriormente, comienza el ciclo sedimentario Neocomiano, bajo condiciones de rift tardío, cuyos depósitos se encuentran rellenando sintectónicamente los grábenes y hemigrábenes con sedimentos lacustres y esporádicas transgresiones marinas del Pacífico. Luego de un basculamiento regional del eje principal de la cuenca hacia el Este, comienza el ciclo sedimentario Chubutiano. La Formación Pozo D-129 (Barremiano-Aptiano), de origen principalmente lacustre, es la roca madre más importante de la cuenca. Sobreyaciendo a esta unidad, un conjunto de sedimentos fluviales y lacustres someros se depositan en condiciones de subsidencia termal generalizada. Estos depósitos contienen los reservorios con las mayores acumulaciones de hidrocarburos de la cuenca. Durante el Terciario se alternan depósitos marinos y continentales. La fase compresional principal levanta la Faja Plegada de San Bernardo, de sentido N-S, por inversión tectónica de estructuras distensivas preexistentes. Los depósitos glaciales del Cuaternario, representan un drástico cambio climático. La actividad volcánica a lo largo de la historia de la cuenca se refleja en la alta participación de material tobáceo en la columna sedimentaria, afectando la calidad de los reservorios. La generación y posterior expulsión del petróleo comienza hace 80-50 Ma. La migración se ve favorecida por la presencia de fallas, que originan una red de migración a través de la cual los hidrocarburos alcanzan los niveles reservorio, para alojarse finalmente en trampas estructurales, estratigráficas y combinadas

Frequency of neurolopsychological deficits after traumatic brain injury

El traumatismo craneoencefálico (TCE) puede conllevar impactantes cambios en la vida cotidiana, que incluyen alteraciones a nivel social, profesional, comunicativo y cognitivo (dificultades atencionales, mnemónicas y ejecutivas). Este estudio tuvo por objeto caracterizar la ocurrencia de déficits neuropsicológicos post-TCE y constatar el impacto ocasionado por el nivel de severidad del trauma en el desempeño cognitivo de los pacientes. Participaron 96 adultos en la muestra total, que fue dividida en dos grupos para evaluar el nivel de severidad del trauma: TCE leve (n=39) y TCE grave (n=77). La gravedad de la lesión se clasificó por medio de la Escala de Coma de Glasgow, por la duración de la pérdida de consciencia, o por la amnesia post-traumática. No había diferencias entre la edad y la escolaridad de los participantes. Para la comparación entre los grupos en cuanto a la distribución de ocurrencia de déficits neuropsicológicos, se utilizó el Chi-cuadrado. Se utilizó una batería de evaluación neuropsicológica flexible conformada por tareas verbales y visoespaciales de habilidades lingüísticas, mnemónicas y ejecutivas. Los grupos no se diferenciaron en cuanto a las variables sociodemográficas. Los pacientes con TCE leve tuvieron mejores puntajes comparados con los de TCE grave (número de errores y categorías completadas del Test de clasificación de tarjetas de Wisconsin- [WCST, por sus siglas en inglés]; errores en la parte B del Test de Hayling; y en la interferencia retro y proactiva del Test de aprendizaje auditivo verbal de Rey [RAVLT, por sus siglas en inglés]. El nivel de severidad del trauma parece mostrar diferencias en los individuos en cuanto al desempeño en memoria episódica de información nueva y en el control de interferencia entre los recuerdos; lo mismo se aplica a las funciones de flexibilidad e inhibición. Estos resultados sugieren que es necesaria una mayor inversión en acciones de políticas públicas, priorizando intervenciones neurocognitivas reeducativas y métodos de prevención de accidentes relacionados con lesiones traumáticas que tengan alta incidencia de secuelas.El traumatismo craneoencefálico (TCE) puede conllevar impactantes cambios en la vida cotidiana, que incluyen alteraciones a nivel social, profesional, comunicativo y cognitivo (dificultades atencionales, mnemónicas y ejecutivas). Este estudio tuvo por objeto caracterizar la ocurrencia de déficits neuropsicológicos post-TCE y constatar el impacto ocasionado por el nivel de severidad del trauma en el desempeño cognitivo de los pacientes. Participaron 96 adultos en la muestra total, que fue dividida en dos grupos para evaluar el nivel de severidad del trauma: TCE leve (n=39) y TCE grave (n=77). La gravedad de la lesión se clasificó por medio de la Escala de Coma de Glasgow, por la duración de la pérdida de consciencia, o por la amnesia post-traumática. No había diferencias entre la edad y la escolaridad de los participantes. Para la comparación entre los grupos en cuanto a la distribución de ocurrencia de déficits neuropsicológicos, se utilizó el Chi-cuadrado. Se utilizó una batería de evaluación neuropsicológica flexible conformada por tareas verbales y visoespaciales de habilidades lingüísticas, mnemónicas y ejecutivas. Los grupos no se diferenciaron en cuanto a las variables sociodemográficas. Los pacientes con TCE leve tuvieron mejores puntajes comparados con los de TCE grave (número de errores y categorías completadas del Test de clasificación de tarjetas de Wisconsin- [WCST, por sus siglas en inglés]; errores en la parte B del Test de Hayling; y en la interferencia retro y proactiva del Test de aprendizaje auditivo verbal de Rey [RAVLT, por sus siglas en inglés]. El nivel de severidad del trauma parece mostrar diferencias en los individuos en cuanto al desempeño en memoria episódica de información nueva y en el control de interferencia entre los recuerdos; lo mismo se aplica a las funciones de flexibilidad e inhibición. Estos resultados sugieren que es necesaria una mayor inversión en acciones de políticas públicas, priorizando intervenciones neurocognitivas reeducativas y métodos de prevención de accidentes relacionados con lesiones traumáticas que tengan alta incidencia de secuelas.Traumatic brain injury (TBI) can lead to significant changes in daily life, as well as in social, labor, communicative, and cognitive domains (attention, memory and executive functions). This study aimed to characterize the occurrence of post-TBI neuropsychological deficits as well as to determine whether there is an impact related to the level of severity of the trauma on the patient's performance. Ninety-six adults participated in the study, who were divided in two groups to assess the trauma's level of severity: mild TBI (n=39) and severe TBI (n=57). This severity was classified by the Glasgow Coma Scale, by the duration of consciousness loss, or by post-traumatic amnesia. There were no differences between the groups regarding variables of age and years of schooling. A Chi- square test was used to do a comparison between the two groups in terms of occurrence of neuropsychological deficits. Verbal, visuospatial, mnemonic, linguistic and executive tests composed a flexible neuropsychological battery. Patients with mild TBI had better scores compared to those with severe TBI (number of errors and in completed categories of the Modified Wisconsin Card Sorting Test (MWCST); errors in Part B of The Hayling Test; and proactive and retroactive interference in the Rey Auditory Verbal Learning Test (RAVLT). The severity of the trauma seems to differentiate individual's performance on episodic memory of new information and in the control of interference between memories; the same is applied to flexibility and inhibition functions. These results suggest the need for more investments in public health policy actions, prioritizing neurocognitive remedial intervention and prevention methods for such condition with high incidence of sequelae

Middle pleistocene glaciation in Patagonia dated by cosmogenic-nuclide measurements on outwash gravels

The well-preserved glacial record in Argentine Patagonia offers a ~ 1 Ma archive of terrestrial climate extremes in southern South America. These glacial deposits remain largely undated beyond the range of radiocarbon dating at ca. 40 ka. Dating old glacial deposits (> several 105 a) by cosmogenic surface exposure methods is problematic because of the uncertainty in moraine degradation and boulder erosion rates. Here, we show that cobbles on outwash terraces can reliably date ‘old’ glacial deposits in the Lago Pueyrredón valley, 47.5° S, Argentina. Favorable environmental conditions (e.g., aridity and strong winds) have enabled continuous surface exposure of cobbles and preservation of outwash terraces. The data demonstrate that nuclide inheritance is negligible and we therefore use the oldest surface cobbles to date the deposit. 10Be concentrations in outwash cobbles reveal a major glacial advance at ca. 260 ka, concurrent with Marine Isotope Stage 8 (MIS 8) and dust peaks in Antarctic ice cores. A 10Be concentration depth-profile in the outwash terrace supports the age and suggests a low terrace erosion rate of ca. 0.5 mm ka− 1. We compare these data to exposure ages obtained from associated moraines and find that surface boulders underestimate the age of the glaciation by ~ 100 ka; thus the oldest boulders in this area do not date closely moraine deposition. The 10Be concentration in moraine cobbles help to constrain moraine degradation rates. These data together with constraints from measured 26Al/10Be ratios suggest that all moraine boulders were likely exhumed after original deposition. We determine the local Last Glacial Maximum (LGM) occurred at ~ 27–25 ka, consistent with the maximum LGM in other parts of Patagonia

Primary and digested sludge-derived char as a Cd sorbent: feasibility of local utilisation

Abstract Cadmium (Cd) is a highly toxic metal, occurring in municipal wastewater and stormwater as well as in wastewater from various industries. Char derived from the pyrolysis of municipal sewage sludge has the potential to be a low-cost sorption media for the removal of Cd. However, the balance between possible local char production and demand has not been assessed previously. In this study, the Cd sorption capacities of chars derived from primary (PSC) and secondary sludge (DSC), as well as the feasibility of char production for Cd sorbent purposes, and the pyrolysis energy balance were evaluated. Results showed that the sorption capacity of PSC (9.1 mg/g; 800 °C, 70 min) was superior to that of DSC (6.0 mg/g; 800 °C, 70 min), and increased with a higher pyrolysis temperature. Pyrolysis of primary sludge had a more favourable energy balance compared with the pyrolysis of digested sludge; however, when accounting for loss of biogas production the energy balance of primary sludge pyrolysis was negative. Assessment of the regional demand (Västerås, Sweden) indicated that PSC or DSC may cover the local Cd sorbent demand. However, it was estimated that large char volumes would be required, thus making the use of DSC/PSC less feasible.Abstract Cadmium (Cd) is a highly toxic metal, occurring in municipal wastewater and stormwater as well as in wastewater from various industries. Char derived from the pyrolysis of municipal sewage sludge has the potential to be a low-cost sorption media for the removal of Cd. However, the balance between possible local char production and demand has not been assessed previously. In this study, the Cd sorption capacities of chars derived from primary (PSC) and secondary sludge (DSC), as well as the feasibility of char production for Cd sorbent purposes, and the pyrolysis energy balance were evaluated. Results showed that the sorption capacity of PSC (9.1 mg/g; 800 °C, 70 min) was superior to that of DSC (6.0 mg/g; 800 °C, 70 min), and increased with a higher pyrolysis temperature. Pyrolysis of primary sludge had a more favourable energy balance compared with the pyrolysis of digested sludge; however, when accounting for loss of biogas production the energy balance of primary sludge pyrolysis was negative. Assessment of the regional demand (Västerås, Sweden) indicated that PSC or DSC may cover the local Cd sorbent demand. However, it was estimated that large char volumes would be required, thus making the use of DSC/PSC less feasible

Heavy Metal Sorption by Sludge-Derived Biochar with Focus on Pb²⁺ Sorption Capacity at μg/L Concentrations

AbstractMunicipal wastewater management causes metal exposure to humans and the environment. Targeted metal removal is suggested to reduce metal loads during sludge reuse and release of effluent to receiving waters. Biochar is considered a low-cost sorbent with high sorption capacity for heavy metals. In this study, heavy metal sorption to sludge-derived biochar (SDBC) was investigated through batch experiments and modeling and compared to that of wood-derived biochar (WDBC) and activated carbon (AC). The aim was to investigate the sorption efficiency at metal concentrations comparable to those in municipal wastewater (Abstract Municipal wastewater management causes metal exposure to humans and the environment. Targeted metal removal is suggested to reduce metal loads during sludge reuse and release of effluent to receiving waters. Biochar is considered a low-cost sorbent with high sorption capacity for heavy metals. In this study, heavy metal sorption to sludge-derived biochar (SDBC) was investigated through batch experiments and modeling and compared to that of wood-derived biochar (WDBC) and activated carbon (AC). The aim was to investigate the sorption efficiency at metal concentrations comparable to those in municipal wastewater (<1 mg/L), for which experimental data are lacking and isotherm models have not been verified in previous works. Pb²⁺ removal of up to 83% was demonstrated at concentrations comparable to those in municipal wastewater, at pH 2. SDBC showed superior Pb²⁺ sorption capacity (maximum ~2 mg/g at pH 2) compared to WDBC and AC (<0 and (3.5 ± 0.4) × 10⁻³ mg/g, respectively); however, at the lowest concentration investigated (0.005 mg/L), SDBC released Pb²⁺. The potential risk of release of other heavy metals (i.e., Ni, Cd, Cu, and Zn) needs to be further examined. The sorption capacity of SDBC over a metal concentration span of 0.005–150 mg Pb²⁺/L could be predicted with the Redlich–Peterson model. It was shown that experimental data at concentrations comparable to those in municipal wastewater are necessary to accurately model and predict the sorption capacity of SDBC at these concentrations

The Fallen Woman and the Corrupt Aristocrat The Ideological Function of Céline Varens and Blanche Ingram in Charlotte Brontë’s Jane Eyre

Abstract: The aim of this essay is to examine how the minor characters Céline Varens and Blanche Ingram are depicted in Charlotte Brontë’s Jane Eyre. The essay’s claim is that the minor characters are created to be bad female characters in order to highlight the protagonist Jane Eyre’s position as a female role model and an independent character. By conducting a combination between a contextualized and a resistant reading, the essay exemplifies how the depiction of Céline and Blanche influence the character Jane and describes what effect this has on the general opinion of the novel. In extension, the essay argues that it is problematic to create an emancipated female character at the expense of other female characters and thereby questions the readings of Jane Eyre as a novel seeking emancipation for all women